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El director del departamento de prisiones de Texas ha declarado que quiere instalar aire acondicionado en todas las cárceles del estado, pero que no tiene dinero para hacerlo.
Testificando ante un tribunal federal el viernes por la tarde, el Director Ejecutivo del Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ, por sus siglas en inglés), Bryan Collier, admitió que los niveles de calor en las prisiones estatales provocan enfermedades en el personal. Reconoció que las altas temperaturas entre rejas contribuyeron a la muerte de tres reclusos el verano pasado. Calificó la instalación de aire acondicionado en todo el sistema como “una prioridad clave”.
Pero Collier dijo que necesita más dinero -mucho más- para terminar el trabajo.
“No es una solución sencilla”, afirmó.
El testimonio de Collier coronó una audiencia de cuatro días sobre el calor extremo en las prisiones de Texas. Dos tercios carecen de aire acondicionado, y la temperatura interior puede superar los 100 grados en verano.
El caso fue presentado por el asesino convicto Bernie Tiede y varios grupos de defensa de los derechos de los presos. Sus abogados argumentan que la falta de aire acondicionado en las prisiones del estado constituye un castigo cruel e inusual, y no confían en que el estado se dedique a solucionar rápidamente el problema.
Quieren que el juez de distrito Robert Pitman ordene al organismo que actúe.
El estado de Texas dijo que la cuestión no es tan sencilla. Los funcionarios de prisiones dijeron al juez que tienen que hacer frente a la necesidad de financiación, además de los problemas logísticos que plantea un sistema masivo y envejecido.
Al mismo tiempo que defendía y señalaba con el dedo a la Legislatura, Collier dijo que los redactores del presupuesto estatal habían destinado recientemente 85 millones de dólares para aires acondicionados por primera vez. Espera conseguir más dinero el año que viene, pero no puede garantizarlo.
“Se ha tomado conciencia de que se trata de un problema”, afirmó Collier.
Después de la audiencia, un abogado que representaba a los grupos de defensa señaló que, una y otra vez, la agencia ha hecho cambios significativos sólo después de haber sido ordenada por un tribunal. Dijo que Collier no ha hecho lo suficiente para arreglar las condiciones inconstitucionales tras las rejas.
“Aunque desearía que el TDCJ hiciera lo correcto por sí mismo, mi experiencia en litigios contra esta agencia me ha enseñado exactamente lo contrario”, dijo Jeff Edwards. “Las palabras son fáciles. Las acciones importan. Y hasta que no vea al departamento y a su jefe ir a la Legislatura y exigir que sus prisiones tengan aire acondicionado y una temperatura más fresca, nada va a cambiar”.
Pitman, nombrado por Obama, dio a ambas partes hasta el 20 de agosto para enviar sus reflexiones finales. Podría tomar su decisión en cualquier momento después de esa fecha.
'Modo sobreviviente': testifican las personas encarceladas
En las cárceles de Texas hay unas 134,000 personas tras las rejas.
El martes y el miércoles, personas recluidas y que estuvieron en prisión testificaron sobre los efectos del calor. Dijeron que se hacían daño a sí mismos o provocaban incendios para que los sacaran de sus calurosas celdas. A veces, se tumbaban, casi desnudos, en charcos en el suelo para refrescarse.
Marci Marie Simmons estuvo encarcelada diez años, gran parte de ese tiempo sin aire acondicionado. Dijo que se echaba agua del inodoro en la cara para refrescarse porque el lavabo de su celda tenía agua caliente. Los ánimos se caldeaban y las reclusas se peleaban.
“Estaba en modo sobreviviente, completamente en modo sobreviviente”, dijo. “Me sentía como un animal enjaulado”.
Tiede, el demandante, declaró que sufrió un derrame cerebral el año pasado cuando se encontraba en una celda sin aire acondicionado. Llevado a la sala del tribunal con grilletes y la cara caída hacia un lado, dijo que su salud había mejorado desde que Pitman ordenó que se le trasladara a un espacio con aire acondicionado.
“Te arrestarían si trataras así a un perro”, dijo Tiede, cuyo crimen fue inmortalizado en la comedia negra de Richard Linklater “Bernie”.
Varios médicos declararon que un calor de esta magnitud pondría en peligro a cualquiera. Dijeron que las autopsias elaboradas por los propios médicos del estado muestran que las muertes de tres reclusos el verano pasado se vieron aceleradas por las altas temperaturas.
Los expertos dijeron que es probable que esta cifra sea inferior a la real.
“Hasta que no se elimine el calor, seguirá muriendo gente”, afirmó la Dra. Susi Vassallo, médica de urgencias y toxicóloga que estudia los efectos del calor en el organismo.
Vencer al calor
Esta no es la primera vez que el Departamento de Justicia Criminal ha sido demandado por el calor interior extremo. Como parte de un acuerdo de 2018 de un caso anterior, los funcionarios de la agencia acordaron instalar aire acondicionado en una prisión e implementar una serie de cambios para disminuir el calor.
Durante dos días esta semana, los líderes de la prisión testificaron sobre estos protocolos.
Las personas recluidas tienen acceso a agua fresca, duchas frías y ventiladores, explicaron a Pitman. Hay al menos una parte de cada prisión con aire acondicionado, llamada “zona de respiro”, donde las personas recluidas pueden pedir ir si están en crisis. Recientemente, la agencia ha empezado a enviar equipos de ataque para realizar visitas sin previo aviso a las prisiones con muchas quejas por calor o informes de condiciones relacionadas con el calor.
Han añadido casi 9,000 camas con aire acondicionado al sistema en los últimos seis años.
También como parte del acuerdo de 2018, los proveedores médicos de la agencia de prisiones crearon un sistema para designar a qué reclusos se les debe garantizar un alojamiento con aire acondicionado. Más de 12,000 reclusos ahora tienen uno de estos “puntajes de sensibilidad al calor”, testificaron los funcionarios.
Pero en el interrogatorio, reconocieron las limitaciones del sistema.
Por ejemplo, a un hipotético recluso de 90 años con hipertensión no se le garantizaría alojamiento con aire acondicionado a menos que tomara un medicamento específico para su enfermedad. Tiede tampoco tiene una puntuación de sensibilidad al calor, aunque padece diabetes, asma, es obeso y tiene más de 65 años.
Tampoco los tres reclusos que murieron el verano pasado. A uno de ellos, Patrick Womack, también se le negó una ducha fría horas antes de su muerte, según una copia no redactada de su autopsia presentada ante el tribunal.
Los funcionarios de prisiones también se mostraron reticentes a reconocer las muertes relacionadas con el calor.
“El calor fue un factor contribuyente, pero no la única causa de la muerte”, dijo David Sweetin, que dirige la división que supervisa los contratos de las prisiones privadas del Estado, en una declaración grabada en vídeo y reproducida en el tribunal.
Collier dijo que el calor fue un factor “adicional” junto a problemas que fueron la causa principal de la muerte, como la epilepsia. Cuando se le preguntó por el riesgo que corrían los presos que hablaban sobre los efectos del elevado calor, dijo: “No sé si no están seguros. Sólo se quejan”.
Ron Hudson, que dirige la división de instalaciones de la agencia encargada de aplicar los planes de aire acondicionado, fue más tajante. Cuando se le preguntó si el calor estaba causando muertes o enfermedades graves, dijo que “no”.
Y ello a pesar de que los propios documentos de formación de la agencia, que se presentaron ante el tribunal, afirmaban que el calor era la quinta causa de lesiones graves entre el personal.
Cuestión de costos
Hudson dijo que climatizar completamente el sistema penitenciario es complicado.
La agencia gestiona 37 millones de pies cuadrados de espacio, declaró Hudson. Entre ellos hay desde prisiones como la Unidad de Huntsville, que data de antes de la Guerra Civil, hasta 10 unidades que también carecen de aire acondicionado a pesar de haber sido construidas en los años 90. El proceso para instalar aire acondicionado en cada prisión implica diseñar un sistema de aire acondicionado, contratar a proveedores y luego instalarlo, algo que, según dijo, puede llevar años.
Las estimaciones anteriores del costo de climatizar todo el sistema penitenciario estatal superaban los 1,000 millones de dólares, dijo Hudson.
“No podemos tener prisa”, dijo Hudson a Pitman, señalando que estos proyectos se financian con dinero de los contribuyentes. Tienen que “hacerse bien y hacerse bien a la primera vez”.
Varias prisiones de Texas tienen aire acondicionado provisional porque albergan a inmigrantes indocumentados detenidos en el marco de la Operación Estrella Solitaria, la iniciativa fronteriza impulsada por el gobernador Greg Abbott. Esto se debe a que las cárceles estatales de Texas deben mantenerse a una temperatura de entre 65 y 85 grados. Como detenidos en espera, los inmigrantes no han sido condenados por ningún delito.
Pero los funcionarios de prisiones también declararon que instalar aire acondicionado temporal en todas las cárceles sería demasiado costoso y desviaría la atención del objetivo final: el aire acondicionado permanente.
Hacia el final de la jornada del viernes, Pitman preguntó por el futuro. Al ritmo actual de la agencia, dijo, ¿no tardarían 25 años en terminar el trabajo?
Tal vez no, respondió Collier. Dijo que los legisladores han destinado cada vez más dinero a climatizar las prisiones en los últimos años. Cuando la Legislatura se reúna de nuevo en 2025, planea pedir “bastante más” que los 85 millones de dólares que obtuvo la última vez y está “seguro” de que los recibirá. Collier rechazó las acusaciones de que no ha “dado la voz de alarma” sobre este asunto a los legisladores estatales.
“Lo he hecho sin duda alguna”, afirmó.
Erica Grossman, otra abogada de los demandantes, recordó al juez que todas las medidas más importantes adoptadas en los últimos años se hicieron por orden judicial. Incluso Tiede sólo está actualmente en una facilidad con aire acondicionado porque Pitman se lo ordenó.
Una cosa más...
Justo antes de que concluyera la vista del viernes, Pitman llamó la atención sobre una prueba “muy sospechosa”. Ese mismo día, los abogados de la agencia presentaron un documento que mostraba las temperaturas tomadas en una prisión cercana a Beaumont.
A las 4:30 p.m. del 12 de julio de 2022, el documento registraba una temperatura exterior de 79 grados. Pitman se mostró incrédulo, señalando que el Servicio Meteorológico Nacional indicaba que la temperatura máxima ese día era de 96 grados.
Abigail Carter, fiscal general adjunta que representa a Collier y a la agencia, dijo que la temperatura debió ser anotada incorrectamente por un miembro del personal.
“No se trata de un error. Se trata de un documento falsificado”, afirmó Pitman. Dijo que planteaba serias dudas sobre la fiabilidad de los registros de la agencia. “Alguien tiene que investigar esto”.
Collier, sentado en la sala, indicó que lo haría.