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En Presidio, los funcionarios sopesan los beneficios y riesgos de la operación de transporte de diésel

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Una nueva propuesta para enviar diésel a través de Presidio hacia México devolvería el comercio ferroviario a la comunidad fronteriza. Pero también significaría que docenas de camiones llenos de materiales peligrosos pasarían con frecuencia por la ciudad, y los residentes y funcionarios dicen que temen que el proyecto implique más riesgos que recompensas. |  Read this story in English

Por Annie Rosenthal, traducido por María Arce

Desde su oficina, Jeran Stephens tiene una visión directa al pasado de Presidio. Su escritorio se encuentra en los antiguos cobertizos de empacado de Bishop, donde los trabajadores agrícolas solían apilar los productos locales en vagones de tren a la espera de llevarlos a clientes de todo el país.

"Estas vías, ahora muertas, se llenaban de vagones cargados de cebollas y melones y otros vegetales y cosas que se cultivaban aquí, en Presidio", dice Stephens.

Hace décadas que esa industria se agotó, y las vías del tren llevan trece años en silencio, desde que una serie de incendios acabaron con el puente ferroviario que conectaba Presidio con Ojinaga. Al caminar por la carretera, Stephens tiene que sortear los matorrales crecidos. "Ahora, las vías están literalmente llenas de rodaderas y mezquites", dice.

Pero aquí, Stephens -la directora ejecutiva del Distrito de Desarrollo Municipal de Presidio- también está mirando el futuro de la ciudad. Durante años, el estado y la compañía ferroviaria Texas Pacifico han estado trabajando en renovar la línea de ferrocarril. Ahora, una nueva propuesta podría devolver los trenes a Presidio incluso antes de lo esperado. Trabajando con Texas Pacífico, una empresa con sede en Nebraska llamada Strobel Energy Logistics ha dicho que planea enviar diésel desde Fort Worth para llegar a los clientes en la ciudad de Chihuahua.

Scott Vincent, director de operaciones de Strobel, dice que la compañía ha estado considerando la ruta durante años. "Está mucho más cerca de Presidio a Chihuahua que de El Paso a Chihuahua", dijo a Radio Pública de Marfa. "Hay un mejor servicio ferroviario, no tienes la congestión de los problemas de El Paso, el transporte por camión, el ferrocarril y todo el resto de los problemas del área metropolitana de El Paso".

Pero los trenes no pueden cruzar a Ojinaga por las vías locales hasta que se construya uno nuevo puesto aduanero de inspección, lo que probablemente tardará unos años. Y hay otro obstáculo: bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno mexicano ha revocado los permisos para las terminales de combustible del lado mexicano de la frontera.

Así que, en su lugar, Strobel ha propuesto una solución. Los trenes cargados de diésel se detendrían aquí, justo al lado de la oficina de Stephens. Luego, en un proceso llamado "transcarga", los empleados de Strobel trasladarían el combustible a camiones cisterna que probablemente serían propiedad de una empresa de Chihuahua y operados por ella. Los camiones atravesarían la ciudad, tomando una carretera que bordea el centro de la calle O'Reilly, serpenteando hacia el norte, pasando por Porter's y bajando por la carretera 67 para cruzar el puente vehicular hacia Ojinaga. Entre 75 y 150 camiones recorrerían la ruta cada semana, transportando cientos de miles de galones de diésel.

Es esta parte del plan la que ha hecho que la posible reapertura de la línea ferroviaria pase de ser un motivo de celebración a un punto de controversia en Presidio. En una reunión del concejo de la ciudad celebrada el 17 de enero, la propuesta se enfrentó a la oposición casi total de los asistentes, incluidos los miembros del concejo.

"Todo lo que quiero es que mantengan ese diésel en el tren hasta que cruce el puente del ferrocarril y llegue a su destino final", dijo el concejal Billy Hernández. "Van a poner en peligro a todo el mundo. Nuestros niños, nuestras calles, todo", agregó.

Entre las preocupaciones que se plantearon en la reunión se encuentra lo que el nuevo tráfico supondría para las carreteras de Presidio, su pequeña industria turística y las líneas del puente internacional. 

"Viviremos con estos camiones a través de nuestro pueblo, pasando por la escuela primaria, comiéndose las pocas carreteras asfaltadas que tenemos ahora y bloqueando la entrada y la salida a través del río", dijo Stephens.

El director del puesto, Jesús Luis Chávez, confirmó que los camiones probablemente aumentarán el tiempo de espera para cruzar la frontera, que ya puede durar varias horas, aunque no pudo decir cuánto más. El puesto todavía se encuentra esperando que el estado termine de expandir el puente, que crearía dos carriles adicionales.

Pero gran parte de la conversación en Presidio se ha centrado en lo que hay dentro de los camiones -- y lo que pasaría si el diésel se saliera. En diciembre y principios de enero, los funcionarios de aduanas del puesto de entrada convocaron a una serie de reuniones con funcionarios de la ciudad, las fuerzas de seguridad y los servicios de emergenciapara discutir las posibles implicaciones de los materiales peligrosos que circulan por la ciudad. El público y los miembros del concejo municipal no fueron invitados a esas reuniones, y cuando se enteraron de la propuesta, muchos dijeron que estaban preocupados.

Joaquín Rodríguez, cuya familia ha estado por varias generaciones en Presidio, llamó a la reunión desde Austin para expresar su oposición. "No hay duda de que Presidio necesita un impulso económico. ¿Quién no lo necesita? Pero, ¿qué beneficio económico tangible se obtendría que superara cualquier riesgo medioambiental y sanitario para sus ciudadanos?", preguntó. "¿Quemar el pueblo para salvarlo? No se me ocurre una analogía más apropiada", dijo.

Tras las reuniones sobre materiales peligrosos, Stephens contrató a un gestor medioambiental para que inspeccionara Presidio. Su informe reveló que gran parte de las aguas subterráneas de la ciudad están muy cerca de la superficie, y que toda la escorrentía de la ciudad desemboca en el Río Grande. "Dios quiera que no tengamos un problema grande de verdad", dice Stephens. "El camión tiene una fuga, ocurre algo malo, perdemos 5,000 galones en el suelo. ¿Qué pasa después?", se preguntó. 

Scott Vincent, de Strobel, dice que su empresa cuenta con la formación y la tecnología necesarias para limpiar derrames o fugas, y que impartirían capacitación sobre materiales peligrosos en Presidio. Pero, dice, Strobel sólo sería legalmente responsable de los problemas que surgieran en sus instalaciones. Cualquier accidente o derrame en el camino a través de la ciudad o del puente probablemente involucraría al seguro de la compañía de camiones, que aún no ha sido identificada.

John Razo, miembro del concejo municipal, trabajó durante años como bombero y paramédico, y tiene experiencia en el manejo de materiales peligrosos. Dice que le preocupa la capacidad de la ciudad para responder a una emergencia que involucre a uno de los camiones. El cuerpo de bomberos voluntarios de Presidio sólo cuenta con seis miembros disponibles de forma regular - y tiene poco del costoso equipo necesario para combatir un incendio causado por materiales peligrosos.

"La capacitación es buena", dice. "Pero sin ningún equipo, la capacitación no sirve para nada. Es decir, sin ningún equipo, no tienes ningún medio de ataque o contención", asegura.

Razo dice que lo que está en juego es especialmente importante en una comunidad tan remota. El hospital más cercano se encuentra en Alpine, a casi 90 millas de distancia, y las lesiones graves podrían requerir el transporte de los pacientes aún más lejos - a los hospitales más grandes en El Paso o la Cuenca del Pérmico.

"Desde mi punto de vista, sinceramente, no le veo ningún valor", dice Razo. "No veo nada que vayamos a sacar de ello, salvo el riesgo", agrega.

Scott Vincent, de Strobel, dice que esa evaluación subestima el bien que la operación de transbordo haría en la ciudad. Dice que su empresa podría llegar a ofrecer hasta seis puestos de trabajo en la instalación de transbordo, cada uno de los cuales pagaría entre 20 y 24 dólares la hora. Y, según él, devolver el tráfico ferroviario a Presidio podría significar grandes cosas.

"Abrir al comercio ferroviario en una ciudad que no ha tenido tren durante 20 años, creo que es un beneficio. Contratar a gente en puestos de trabajo bien remunerados, eso es un beneficio", dice. "¿Que alguien venga a hacer obras para mejorar su infraestructura? Son beneficios".

Una vez que esa puerta esté abierta, dice Vincent, Presidio podría convertirse en un componente clave de una importante vía comercial, con mercancías que lleguen desde los barcos de la costa mexicana en Topolobampo. 

Pero Stephens y los miembros del concejo de la ciudad dicen que muchos de esos beneficios ya están en camino, cuando se construya el puesto de inspección y los trenes puedan viajar a través de la frontera. No ven la prisa por adelantarse al proceso.

"Queremos el tráfico ferroviario. Queremos el comercio que viene con el tren cuando esté listo", dice Stephens. "Esto es algo completamente diferente".

Aún así, no está claro qué es lo que la ciudad puede controlar de esta propuesta, ya que el tren, la autopista y el puente sobre el río son propiedad del Estado. El 17 de enero, los miembros del concejo propusieron aprobar una ordenanza para mantener los camiones fuera de las calles de la ciudad, pero el alcalde John Ferguson les recomendó proceder con cautela.

"Mi postura al respecto es que tenemos que educarnos", dijo. "Tenemos que tener cuidado de no ponernos en una posición en la que hayamos aprobado una ley que no podamos aplicar".

En la reunión del 17 de enero, el director del puesto de entrada, Jesús Luis Chávez, dijo al concejo de la ciudad que Strobel no podría comenzar a operar hasta que el puesto de entrada de Presidio estuviera certificado para materiales peligrosos. También sugirió que el puesto no podía solicitar esa designación sin la aprobación de la ciudad. 

"Estamos aquí para apoyarlos, ya saben, a la ciudad de Presidio", dijo. "Pero, de nuevo, no es nuestra decisión hacerlo. Sólo depende de la mercancía que ustedes quieran que entre".

Pero en un correo electrónico a Radio Pública de Marfa, el director del puesto dijo más tarde que el plan de Strobel no requiere que el puesto obtenga una certificación de materiales peligrosos porque el material peligroso saldrá del país, no entrará. Dijo que el puesto de entrada no está buscando una certificación de materiales peligrosos - pero que si lo hiciera, no necesitaría el permiso de la ciudad.

Ahora, los funcionarios de la ciudad dicen que están estudiando la posibilidad de conseguir que el estado construya una carretera de circunvalación que lleve los camiones entre el ferrocarril y el puerto evitando la ciudad.

Scott Vincent dice que eso estaría bien para Strobel. "Vamos a conducir 120 millas. Si desviamos una milla, dos millas, eso no es un cambio de ecuación en la ruta de nuestros camiones", dice. "Así que cualquier cosa que la ciudad, el ayuntamiento, el administrador de la ciudad quiera utilizar para una ruta de camiones, no tengo ningún problema con ello".

Sin embargo, ese plan seguiría significando que cientos de miles de galones de diésel pasarían por la zona cada semana. Así que los funcionarios de la ciudad también le están pidiendo al Condado de Presidio que actualice su plan de gestión de emergencias, que no ha sido revisado en años.

"Si resulta que, independientemente de nuestra opinión, el transporte de diésel llega a Presidio, tenemos que encontrar la manera de protegernos lo mejor posible", afirma el alcalde Ferguson.

En las próximas semanas, las autoridades municipales están planeando una reunión con las empresas y organismos implicados. Dicen que poco después se celebrará una reunión pública sobre el proyecto.

Annie Rosenthal is Marfa Public Radio's Border Reporter and a Report for America corps member.